martes, 26 de septiembre de 2017

NIDO VACÍO

Que rápido pasa el tiempo. De repente son mayores, se independizan, forman sus propias familias y no alcanzas a comprender cómo tus bebés han crecido tan deprisa.

Tan ocupada has estado cuidándolos, dando todo por ellos, olvidándote de ti misma, de noches en vela, de dormir con un ojo abierto y otro cerrado, en permanente estado de alerta. Así ha sido en mi caso (y en el de la mayoría de madres y padres naturalmente), hasta el punto de que mis propios hijos entraban en la habitación en plena noche por un dolor de tripa, de cabeza o cualquier otro malestar y simplemente susurraban "mamá" y yo les contestaba siempre a la primera, tanto es así que me preguntaban "¿mamá, tú no duermes nunca?" Es lo que tiene ser madre.

Tres hombres he criado lo mejor que pude y lo mejor que supe. Ellos han sido mi mayor bendición y sin duda lo mejor que he hecho en mi vida. Pero como dije al principio el tiempo pasa, ya no te necesitan, han emprendido su propio vuelo, han abandonado el nido.

Y ahora los padres sufrimos lo que se ha venido a llamar el síndrome del nido vacío. Para muchos un reto, después de muchos años tienen una pareja que atender, con la que parecen no tener ya nada en común. Para otros una nueva etapa, el inicio de una nueva vida. Sigues siendo madre o padre naturalmente pero tu misión ha concluido. Debías preparar a tus hijos para enfrentarse a la vida adulta. Si lo vemos así (como decía una publicación que leí recientemente) el hecho de que tu hijo se vaya de casa es algo de lo que sentirse orgulloso.

Y sí, estoy orgullosa de mis hijos y de mi trabajo, no he podido entregarme más. Sigo siendo madre, así será hasta el día que me muera. Si quieren mi consejo lo tendrán, seguramente algo he aprendido yo en esta vida que les pueda ayudar.
Hace ya algún tiempo que escribí estos versos que vienen a continuación. No son gran cosa pero definen muy bien mi sentir.


MADRE

"Sólo una madre
te lo da todo sin esperar nada.

Sólo una madre
lucha sin rendición
aunque otros crean que no hay perdón.

Sólo una madre
se desvela por las noches y te da calma.

Sólo una madre
conoce tus sentimientos
con sólo mirar tus gestos.

Sólo una madre
te abraza y consuela aunque esté enojada.

Sólo una madre
guarda tus lágrimas
y las hace suyas bajo su almohada.

Sólo una madre...
se desgasta el alma."

Sigo siendo vuestra madre, sigo amándoos y os deseo toda la felicidad del mundo.

domingo, 6 de agosto de 2017

CASA NEGRA


Sé que hace mucho tiempo que no escribo en el blog. Han pasado muchas cosas en mi vida y ha habido cambios radicales. En un principio pensé en escribir una entrada dando "explicaciones" pero creo que a muy pocas personas les debo eso, así que después de más de un año sin publicar os traigo una reseña literaria.

Casa Negra es la primera novela que leo de Stephen King, aunque sí he visto algunas adaptaciones al cine de al menos tres de sus novelas. Tenía ciertas reticencias a leer y a "ver" a este escritor (soy un poco miedosa), pero apartando muchos de mis prejuicios me lancé con esta novela que escribió junto a Peter Straub, novela de 732 páginas que me engancharon desde la primera línea.

El protagonista Jack Sawyer es un joven detective de homicidios que aparece por primera vez en la novela "El Talismán". Narrada en primera persona del plural la novela nos hace viajar a mundos paralelos y submundos llenos de truculencia, magia, horror y muerte. Difícilmente diría que he pasado miedo con su lectura pero sí los pelos de ponen como escarpias ante la definición del horror y la crueldad de la que se nos habla. Es una novela de ficción, cierto, sin embargo algunas secuencias horripilantes por desgracia se dan en el mundo real con seres abominables capaces de disfrutar con el dolor y sufrimiento que ellos mismos infligen a otros, no tenemos más que ver algunos informativos para confirmar lo que digo y esto me recuerda una reflexión de esas magistrales que Iker Jiménez comparte en su programa. La magnitud de la crueldad del ser humano en algunos casos es tal que uno se pregunta si no hay una fuerza maligna detrás que empuja a seres humanos a cometer crímenes abominables. Pero no solo eso, sino el morbo con el que los medios de comunicación nos ponen en imagen una y otra vez hechos terribles que casi provocan el vómito. Así es uno de los protagonistas de la novela, un periodista de prensa amarilla carente de todo escrúpulo con tal de conseguir "la imagen, la fotografía". Y esto tampoco es exagerado, recordemos aquella periodista que ponía la zancadilla a los refugiados que corrían buscando mejor suerte en la vida,  para lograr una imagen más dramática aún si cabe de la suerte de estas personas.

En ocasiones la novela me recordó a cuentos como Alicia en el País de las Maravillas, pero no por su candidez, que por otra parte no sé si existe mucha de eso en el cuento en el que una reina loca quiere cortar cabezas a diestro y siniestro, sino por el surrealismo de la novela. Algunas de sus páginas me resultaron tediosas por los giros de tuerca o por las "idas de olla" si se me permite la expresión.

En conclusión, una obra espeluznante que más que de terror yo definiría de crueldad abominable que no puedo especificar más sin destripar la historia.

No diría que es la mejor historia para "iniciarse" con King sin embargo si eres fan suyo y aún no la has leído, quizás sea el momento en lo que queda de verano.