Qué puedo decir sin que nadie se ofenda. Resultó ser una gran decepción para mí.
La historia se desarrolla en la Alemania nazi, donde la guerra y el hambre forman parte de lo cotidiano. Nuestra protagonista es una niña alemana criada en una familia de acogida que no es mucho más próspera que su propia familia. Sin embargo, Liesel llegará a tener una relación especial con su padre adoptivo que la consuela y está a los pies de su cama cuando Liesel tiene sus pesadillas. Él la enseña a leer. Comienzan con el primer libro que nuestra ladrona robó en el entierro de su hermano, El manual del sepulturero. A partir de ahí se refugiará en todos los libros que pueda robar, cuya lectura la satisfará mientras suenan las sirenas que anuncian un inminente bombardeo.
Conocerá a un joven judío que para escapar del horror de la guerra escribe cuentos y les unirá una bonita amistad de la que no puede hablar con sus compañeros de juegos.
Esta es básicamente la historia. Lo llamativo del relato es precisamente el narrador, en este caso la narradora, la propia Muerte. Ella nos cuenta cómo transcurre durante unos pocos años el día a día de Liesel, su familia y sus amigos.
Personalmente me pareció lento, diría que en realidad no sucede gran cosa más allá de los libros que Liesel roba, (libros que por otra parte no son de ninguna relevancia para el lector).
Sé que muchos no compartirán mi opinión, ya que en su momento fue considerada prácticamente una obra maestra. Pero, como siempre digo, la percepción de una novela muchas veces depende del estado del lector más que de la narrativa del escritor.
La Muerte: - "A veces me mata ver cómo muere la gente".