jueves, 31 de octubre de 2019

A LOS PIES DE LA LETRA

Leyendo mucho se aprende a escribir, es imposible escribir si no eres un gran lector. Digo esto porque una vez leí de una joven que deseaba ser escritora pero no le gustaba leer y eso amigos míos es imposible.

Y ahora diréis a qué viene todo esto y es que escuchando una vez a Iker Jiménez en su popular programa de televisión, en su reflexión final habló de su pasión desde niño, el misterio, que le ha llevado a escribir y a estar donde está. Y eso me llevó a pensar en mi propia pasión, o una de mis pasiones, la lectura. Los libros me llevaron a crear un mundo mágico dentro de mi habitación transportándome a escenarios únicos en los que percibía los aromas, las sombras y las brisas. Esa es la buena lectura, la que te abstrae de ese entorno del que en ocasiones deseas evadirte. Así fue mi niñez y mi adolescencia releyendo libros que mi tía me regalaba cuando nos visitaba en Barcelona. Recuerdo perfectamente aquel primer libro que me infectó de la pasión por la lectura, La Revoltosa del Colegio de Enid Blyton. Luego llegaron más, de aventuras de adolescentes casi niños que a diferencia de los niños de los libros de Stephen King no pasaban tanto miedo. Eran otros tiempos, a veces parece que hablo de la postguerra, y comprar libros no era barato, eso no ha cambiado mucho en realidad, así que leía y releía hasta que podía conseguir otro. Podría haberme hecho socia de la biblioteca municipal, nunca se nos ocurrió, ni a mí ni a mi madre, solo fui a la biblioteca de mi barrio un par de veces cuando con doce años tuve que preparar un trabajo del colegio y la única enciclopedia de consulta estaba en aquella biblioteca de Poble Nou con una sala tan inmensa y para mi gusto lúgubre en la que el silencio requerido era tal que no te atrevías ni a respirar.

Probablemente esto haya perdido la esencia de lo que quería transmitir, lo escribí de manera apresurada, de la manera que te apremian las musas  en un cuaderno cualquiera de modo que ni yo entendía mi letra. Pero esto es así.

Sigo leyendo pero menos, sigo sumergiéndome en el entorno de los protagonistas literarios cuando el escritor es un buen escritor como es Santiago Posteguillo que me lleva a las guerras más épicas del ejercito de los escipiones pero de eso os hablaré en mi próxima reseña, en mi próximo post.

La imagen ha sido tomada de la red.