Aprender a través de las novelas de Santiago Posteguillo la historia de Roma es realmente apasionante. La ambición de este emperador por expandir las fronteras del imperio es solo comparable a la que el mismísimo Alejandro Magno manifestó.
Esta trilogía nos habla también de otros reyes que osaron oponerse a la supremacía de Roma con poco éxito como sabemos por la historia, sin embargo los acontecimientos novelados que nos muestra Posteguillo te transportan al mismísimo pretorium donde el Cesar rodeado de sus consejeros definen ante un inmenso mapa estrategias de guerra e invasión.
No obstante lo que más me sorprende es la manera que tiene el autor de escribir. Su escritura es clara, concisa, diáfana, sin florituras pero no por ello simple o carente de personalidad, es capaz con sus palabras llevarte a sentir el miedo o el ansia de victoria que aquellos legionarios curtidos en mil batallas. Es muy diferente a otros escritores que se pierden en su propia historia con detalles rebuscados casi churriguerescos que difícilmente aportan a la historia y que a mí personalmente me cansa. (No voy a citar a nadie porque las comparaciones son odiosas). No hay nada superfluo en los libros de Posteguillo y los detalles que aporta son perfectos para hacerte vivir la historia épica de la todopoderosa Roma.
He aprendido muchísimo de la historia del Imperio Romano y seguramente cuando visite Roma, que es mi viaje pendiente, veré todos aquellos monumentos con otros ojos.
