miércoles, 28 de diciembre de 2022

TARDES DE DOMINGO


 Tengo que contar cómo este poemario llegó hasta mí. 

Habíamos ido a Murcia a disfrutar de un fin de semana largo y de un concierto de nuestro gaitero más internacional, Carlos Núñez. Tanto a mi chico como a mí nos encantan las librerías, las bibliotecas, los libros. Así que como en nuestra ciudad es difícil encontrar librerías de libro viejo buscamos a ver si en Murcia había alguna. Y sí la encontramos una pequeña librería en la que estaban preparando unas charlas con el encanto de un lugar pequeño en el que se generaba un ambiente de intimidad difícil de lograr en cualquier otro lugar. 

Empecé a mirar las estanterías con libros de todo tipo de temática. Era difícil elegir pero nuestras maletas eran de reducido tamaño y nuestro viaje era en avión así no era posible llevarnos todo lo que nos hubiera gustado. 

Mi chico se perdió entre los cómics y las viejas películas de cine clásico tan difíciles de encontrar hoy día. Yo me sumergí en las estanterías de poesía y después de mirar y rebuscar, buscaba algo de Alejandra Pizarnik, me encontré con esta joya. Aún no sabía que era una joya, pero me gustó. Solo la portada ya llamó mi atención, ahora sé por qué. Alfonso Brezmes publicó un poemario con esa misma editorial y su portada también es azul. Sus poemas me encantan así que supongo que mi subconsciente me llevó a atraparlo mientras seguía rebuscando en las estanterías. "Tardes de domingo " ¿habría algo más evocador? No en vano escribí una entrada con este mismo título aquí en mi blog. Era la hora de irnos y ya habíamos hecho acopio de películas y el encuentro literario estaba a punto de comenzar. 

De vuelta al hotel ojeé mi nueva adquisición. Tenía pequeñas notas en los márgenes, algunas frases estaban subrayadas, cuando eso sucede es un libro que ha sido vivido y disfrutado. Me encanta, aunque yo no soy de marcar los libros sí me anoto frases que me gustan o me inspiran. 

Casualidades de la vida, el autor, Antonio Parra, es murciano, justo del lugar que estábamos visitando, eso le añadía valor al libro. Pero es que además tenía una dedicatoria cariñosa a alguien que parecía ser del mundo de las letras, alguien con nombre y apellido. Me pregunté cómo alguien se podría deshacer de un regalo como ese. Comencé a fantasear, quizás su relación se rompió, quizás lo perdió o quizás esa persona a la que el libro estaba dedicado había fallecido y su familia se deshizo de algunos de sus libros donándolos a una librería como aquella. En este mundo digitalizado donde todos estamos en algún archivo es fácil investigar. No sé si el motivo fue este último pero sí sé que el destinatario de esta joya había fallecido. Me invadió una especie de tristeza que confirió un valor añadido a este recital. Sus poemas tan llenos de sentimiento difícilmente no tocan la fibra más sensible. 

Pasará a formar parte de mis libros favoritos que me acompañarán allá donde yo vaya.

Os dejo uno de sus preciosos poemas:


EL GOZO

Mi alma es una tarde antigua de domingo. 

Es todo cuanto soy y cuanto he sido. 

Y no sé porqué ahora, al cruzar una calle anodina,

el olor me envuelve de otra tarde difusa y ya perdida.


Camino de la mano de mi padre 

bajo la luz deshecha del otoño 

y despuntan las naranjas amotinadas 

sobre el aire con perfume del camino. 


Digo adiós secretamente a todo eso 

y vuelvo a cruzar la calle, de nuevo solo

y en este segundo en el que ahora existo.

Soy yo, y estoy vencido, pero gozoso. 

Sólo yo, sin luz divina, sin la sombra del padre, 

sin el fragor de aquellos días. 

Soy yo. Y estoy aquí, cruzando la calle solo.

Vencido. Y gozoso. 


Os dejo el enlace a mi entrada Tardes de Domingo por si os os apetece leerla 

https://buhonerodelaurora.blogspot.com/2018/12/tardes-de-domingo.html

martes, 13 de diciembre de 2022

LOS PILARES DE LA TIERRA


 Qué ganas le tenía a esta novela, había oído tanto hablar de ella y tan bueno que tenía que leerla y sin duda ha merecido la pena leer sus más de 1000 páginas. 

Ken Follet nos transporta a una Inglaterra medieval de reyes, condes, caballeros, obispos, monjes y damiselas valientes que para nada necesitan de un paladín que las rescate de sus apuros. 

Las historias de amor que confluyen en la novela son sublimes y ha sido una de las cosas que más me han gustado. Aunque huyo de la novela romántica, las historias que aquí nos cuentan son de amor verdadero, del que permanece en el tiempo. 

Por otra parte el transfondo de la narrativa, la construcción de una catedral gótica es apasionante, me lo pareció en la precuela de esta novela, Las Tinieblas y el Alba  y no ha sido menos en esta. La ambicíon de ese maestro constructor por llevar a cabo esa obra descomunal es contagiosa. Los detalles de la construcción desde la primera piedra que se talla en la cantera de ángulos perfectos hasta las florituras con las que son adornados los pilares sobre los que descansan los arcos resultan fascinantes.

He visitado alguna que otra catedral y siempre he salido asombrada de su inmensidad y de su complejidad, sobretodo teniendo en cuenta la época en la que se construyeron pero después de leer la novela ya no puedo verlas del mismo modo. Visitando la catedral de Murcia me quedé impactada por su enormidad, por sus arcos ojivales y su piedra labrada de una riqueza inusitada. Nunca hasta ahora me había parado a pensar en esos hombres que participaron en esas construcciones y contrario a lo que uno podría pensar no siempre eran todo lo temerosos de Dios que cabría esperar. Eso es al menos lo que se puede percibir en la novela.

El origen de  las catedrales surge de la "necesidad" de muchos obispos de tener su "kathédra", su asiento y éstas eran las sedes de sus tronos. El tamaño de la catedral era acorde a la arrogancia del obispo o abad patrocinador, generando así un clima de competitividad entre ellos a ver quién la tiene más grande. (Obviemos por favor el chiste soez).

Como también se plasma en la novela estas enormes construcciones requerían de ingentes cantidades de dinero y muchas veces se recurría a la malversación y a la extorsión. Se acusaba de herejía sin base para así confiscar los bienes de estos considerados "herejes" y así sufragar los gastos de las iglesias.

Muchos dentro de la propia iglesia elevaron sus voces en contra de tales edificios ya que lo consideraban pecado. No es de extrañar si realmente eran sinceros en su fe ya que ni el propio Cristo, al que decían seguir, gozó de  semejante opulencia. De hecho las propias Escrituras dicen que no tenía ni dónde recostar su cabeza, Mateo 8:20.

En cualquier caso me ha parecido una novela digna de todo el renombre que tiene y sin duda un éxito más que merecido para el autor.